Cuento para pensar: El bambú Japonés





Hace mucho tiempo, dos agricultores iban caminando por un mercado cuando se pararon ante el puesto de un vendedor de semillas, sorprendidos por unas semillas que nunca habían visto.

“Mercader, ¿qué semillas son estas?”, le preguntó uno de ellos.

“Son semillas de bambú. Vienen de Oriente y son unas semillas muy especiales”.

“¿Y por qué habrían sido de ser tan especiales?”, le espetó uno de los agricultores al mercader.

“Si os las lleváis y las plantáis, sabréis por qué. Sólo necesitan agua y abono”.

Así, los agricultores, movidos por la curiosidad, compraron varias semillas de esa extraña planta llamada bambú.

Tras la vuelta a sus tierras, los agricultores plantaron esas semillas y empezaron a regarlas y a abonarlas, tal y como les había dicho el mercader.

Pasado un tiempo, las plantas no germinaban mientras que el resto de los cultivos seguían creciendo y dando frutos.

Uno de los agricultores le dijo al otro: “Aquél viejo mercader nos engañó con las semillas. De estas semillas jamás saldrá nada”. Y decidió dejar de regar y abonarlas.

El otro decidió seguir cultivando las semillas con lo que no pasaba un día sin regarlas ni abonarlas cuando era necesario.

Seguía pasando el tiempo y las semillas no germinaban.

Hasta que un buen día, cuando el agricultor estaba a punto de dejar de cultivarlas, se sorprendió al encontrarse con que el bambú había crecido. Y no sólo eso, sino que las plantas alcanzaron una altura de 30 metros en tan solo 6 semanas.

¿Como era posible que el bambú hubiese tardado 7 años en germinar y en sólo seis semanas hubiese alcanzado tal tamaño?

Muy sencillo: durante esos 7 años de aparante inactividad, el bambú estaba generando un complejo sistemas de raices que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después la planta.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes….Quizás sólo estés echando raices.

La familia, ayer y ahora




Hace unos días fue el día de la familia y muchas veces me cuestiono si las familias de ahora son como las de antes y obviamente no...
Recuerdo de pequeña ver la unión de la familia en casa, comiendo todos juntos, viendo series y programas divertidos como el 1,2,3 o Médico de Familia o Farmacia de Guardia o Cosas de Casa (donde casualmente se retrataba la vida en familia), acudiendo a reuniones familiares... pero en mi caso, igual que en el de muchas familias, todo eso ya se acabó.







¿Quién no conoce a alguien que esté divorciado o que no se hable con algún miembro de su familia? Antes, esto raramente ocurría....

Raramente la familia  come juntos, porque los padres comen fuera por los trabajos y los niños en el cole o con los abuelos, o si comen juntos se está más pendiente del móvil o la tablet, ya no se comparte tanto tiempo viendo programas entretenidos en la TV, haciendo excursiones ... y como consecuencia la famila cada vez está menos unida y el número de divorcios sube cada día. Comen cosas diferentes y quieren cosas diferentes.
En la TV, también podemos ver cómo los valores han cambiado y no podemos encontrar casi ninguna serie donde se refleje alguna vida familiar. Eso sí, series y películas de crimenes, violencia y odio podemos encontrarlas fácilmente al encender la TV. Eso es lo que están transmitiendo a la sociedad y todo está cambiando hacia una perspectiva más negativa.
Empecemos a cuidar nuestra familia, para cuidar nuestra nación y nuestro Planeta!!



Croquetas de guisantes

El otro día os presentábamos cómo hacer hamburguesas de azukis y casi siguiendo los mismos pasos podemos hacer croquetas, esta vez de guistantes.
Se pueden hacer con guisantes frescos o con guisantes secos, que tardan una media hora en cocerse.
Yo siempre cuezo de más para luego hacer croquetas o crema.


INGREDIENTES:
- Guisantes (1 vaso ya cocidos)
- 1 cebolla
- Harina
- Sal marina

Freímos la cebolla cortada en trozos pequeños,  con aceite y un poco de sal y reservamos. Por otro lado, trituramos los guisantes y los mezclamos con la cebolla frita. Con la ayuda de una cuchara, vamos haciendo la forma de las croquetas. Si vemos que a  la masa le falta consistencia le podemos añadir un poco de harina integral.
Luego las vamos rebozando en harina blanca de trigo y las freímos.
Salen unas croquetas muy suaves y deliciosas!!


Podemos añadirle alguna verdura más que queramos o utilizar otra legumbre que tengamos ya cocinada.